Intentamos fracturar la homogenidad universalista del modelo civilizatorio inagotado. Intentamos transitar por las fronteras comunicativas y del lenguaje y por formas bastardas de representación del mundo y de las subjetividades, por sistemas de comunicabilidad poco potables para una institución disciplinar del cuerpo, de los pensamientos y de las formas de construir el mundo: la escuela. Aparato ideológico de reificación, estandarización de pensamientos. Estrategia legítima de adoctrinamiento, de enfrentamientos y de no asimetría. Intentamos infectar la institucionalidad normativa, a sabiendas que no hay afuera de la colonialidad. Hay puntos de fugas y trazos no continuos, torcidos y desdibujados.
No pretendemos abarcar todo. No conseguimos nada. No comulgamos con las ideas triunfalistas conductista que llega a los resultados esperados. Trabajamos desde el error, desde la torpeza y desde el aprender haciendo, el preguntar caminando, los saberes situados y desde la escucha, desde el silencio bullicioso y el asumir que no tenemos la capacidad de comprenderlo todo. Trabajamos desde las voces titubiantes no rígidas de la autoridad que subordina otras subjetividades, desde los saberes, espurios y desde la “mirada de ivo que vio la uva”*, a veces también suprimimos la mirada y caminamos en las sombras, lejos del iluminismo, y de la ilustración. Llegamos no vacíos de saberes y conocimientos, pero tampoco llenos y abarrotados de ellos. Generamos alianzas “inesperadas”, alianzas afectivas para resistir una forma única de co-enseñanza y de co-
aprendizaje. No se trata simplemente de “invertir la jerarquía sin tocar el dualismo (Guha dixit)” y usar la muletilla del eurocentrismo para construir nuevos binarismos límpidos. En los “procesos de blanqueamiento como estrategias de sobrevivencia: hay que leer ahí quién se apropia de la fuerza y no quién se regodea en la lástima o quién deja de ser puro. De ahí, también, la fuerza de los lenguajes combinatorios junto a la capacidad de enfrentar la contingencia e integrar lo ajeno”*
Y somos lo ajeno, como también lxs subjetividades con las que compartimos. Desde el hacer interpelamos la realidad, que a su vez ella nos interpela, con pasos cuidadosos y algunas veces torpes, encontramos en el juego un espacio, en los trazos lineas no uniformes, o un cúmulo de puntos. Desde allí, activamos los sentidos, o los suprimimos e intentamos re-crear formas otras de aprendizaje compartido en lugares con porosidad afectiva. En lugares que auto construidos colectivamente. Este proyecto es nomádico. Itinerante, inquieto. No tiene punto final. No intenta asumir la voz de nadie. Está abierto, vivo, inacabado.
No intenta ser un manual pedagógico y un modelo a seguir. Solo intentamos transitar por lugares liminares y perifericos.
* Paulo Freire . Educación Popular en Brasil